miércoles, 13 de mayo de 2009

Rutina.

Levántate. Apaga el maldito despertador (mierda de aparato aliado con mis demonios internos, ¿por qué no me dejáis dormir en paz?). Una pequeña reflexión. Vuelve a la cama (hoy le pueden dar bien por culo a la universidad).
Vuelve a levantarte. Prepárate un café que te abra bien los ojos. Aprovecha el tiempo (siempre la misma cantinela, quisiera tener tiempo para desperdiciarlo). Haz algún trabajo atrasado. Estudia un poco. Te cansas.
Mira mails. Blogs. Webs. Noticias interesantes. Tuenti (que no falte). Ahora fúmate un piti, que te lo mereces.
Hazte la comida. Come. Ve alguna serie. Pero no te pases, que tienes que estudiar (joder, no quiero).
Ya. Se te acabó el relajo. Ponte a estudiar neurociencia (sí, eso, que es poco pestiño. A ver si consigo no dormirme).
Vale, puedes conectarte un rato al MSN (primero una ducha, me irá bien). Y ahora sonríe. Eso, siénte bien (me siento bien). Cena.
Joder, tú, son las 2:30. Mañana no te levantas ni de coña (mañana tengo que levantarme... ya veremos).
Duérmete (sueño, ven a mí). Mañana será otro día (mañana otro día igual). Quizás mañana sea diferente (otro monótono día igual. Con el mismo sol, con las mismas cosas por hacer. Los mismos sentimientos). Deja de pensar, duérmete ya.
Hoy ha sido un buen día (hoy ha sido un buen día).

El día siempre mejora al final. Todo se pone de acuerdo. Los ojos se cierran. Todo está en calma. Todo en armonía. Sí, quizás mañana sea diferente.

1 comentario:

Arlekín Negro dijo...

Demasiado me suenan los puntos de esa rutina... Quizá por eso nos sintamos mejor cuando entra una persona nueva en nuestra vida, así de improviso sin avisar, o cuando cualquier otro detalle se sale de lo corriente y nos saca una sonrisa. Me gustaría salirme de la rutina, salirme de mí mismo, coger el primer tren a "pongaunnombrealazar" y no volver, pero tengo miedo, miedo de preferir la rutina, o quizá miedo de que se convierta en rutina...

Enfin, desvarío, como siempre así que... neurociencia, ¿es psicología? o.o


PD: ojalá todos los días viera pasar a alguien que me hiciera sonreír.