miércoles, 3 de junio de 2009

¡Aaaaaaaaaah!

Hoy, en honor a Raquelilla, Julita, Fanniuska y la fauna en general con la que me junto esas maravillosas noches de fiesta (cuando se puede), le pongo este título a esta entrada.

Hace casi un mes desde que dijera "aaaah" y se convirtiera en un hito porque a Raquel le resultó gracioso que lo hiciera al encontrarme con un hombre que me cerraba el paso en vez de actuar como una persona normal y decir: "disculpe, ¿me deja pasar?". No va con exclamaciones, porque no es algo gritado, es sólo un "aaaaah", aunque según Raquel era "¡aaaah!", yo sigo manteniendo que no lo era. Es algo que digo cuando me agobio (cosa que, por otra parte, no es muy difícil). Ahora estoy agobiada, porque la vagancia ha vuelto, y la temo. Pero en un rato me pongo a solucionarlo.

El caso (bueno, el caso ahora, porque al principio no iba a escribir sobre esto, pero me parece más interesante que el tema inicial) es que estoy reflexionando acerca de la fauna anteriormente nombrada y las curiosas formas que pueden llegar a formarse cuando se está en un grupo medianamente cerrado.
Por ejemplo, si estoy por ahí, y sale una conversación sobre las cosas importantes de la vida, es probable que estando con Fanny, Raquel, Julia, Esther o Pili, dijera: "pene erecto" y que todas nos riéramos de lo lindo, claro que esto quedaría muy fuera de lugar en una situación normal porque nadie entendería la coña y sólo se vería mi depravación; aunque mi cabeza es capaz de entenderlo, así que me lo callaría.
Pero hay ciertas cosas,sobre todo gestos, que están automatizadas. No sería la primera vez que santiguara un mini a punto de acabarse y alguien levantara una ceja y pensara para sus adentros "pobrecita, chiflada perdida", pero ese gesto es incluso requerido si están Dedi, Álvaro o Rubio delante.
Y ya no hablamos de las coñas y referencias universitarias. Si digo "me voy a estudiar las ratas" (cosa que, por cierto, debería estar haciendo en vez de esto)probablemente sólo me entendiesen los de mi clase, y ni si quiera todos ellos.

¿Que a donde quiero llegar con todo esto? A que la vida sería mucho más maravillosa si hubiese un modo universal (véase internet)de poner en común todas estas particularidades para que nadie se sintiera extrañado (o en peligro al haberse puesto ante un loco) cuando alguien dice algo así.
Aunque, por otro lado, me gustan este tipo de coñas internas que pueden parecer conspiratorias desde fuera.

En fin, voy dejando esto, buscando las ganas para estudiar y optimistizarme, o como diría Blanca que hago, voy a merendarme a un par de jipis.

No hay comentarios: